Obras

La Metamorfosis

1997


Dirección: Luis Ureta

Dramaturgia: Basada en la obra Franz Kafka

Elenco: Francisco Melo

Diseño Integral: Gastón Vega

Vestuario: Federico Gallardo

Música: José Luis Melo

De «inquietos sueños» se despierta una mañana el vendedor viajero Gregorio Samsa para verse transformado en un monstruoso insecto. Cree seguir soñando , pero la visión de su cuarto y de una serie de objetos familiares empieza a convencerlo de lo contrario. Intentará , no obstante , dormir un poco más y olvidar «todas estas locuras», pero ahora es su propio cuerpo el que lo convence: dada su nueva configuración física le resulta imposible salir de la cama . Es entonces cuando comienza su aterradora pesadilla.

La Metamorfosis, estrenada en 1997 en la Sala Pedro Prado del Centro Cultural Estación Mapocho, constituye la parte culminante del proyecto Dos historias de animales de la Compañía la Puerta, cuya primera parte fue Informe para una academia (1997).

En varias ocasiones aludió Kafka al papel fundamental que desempeñaba el sueño como elemento configurador de su obra. Refiriéndose a La metamorfosis ( Die Verwandlung , 1915 ), Kafka describe su obra como «Un sueño terrible, una imagen sobrecogedora que revela una realidad que es mucho más fuerte que la imaginación . Esto es lo terrible de la vida , lo trágico del arte».

La adaptación teatral de la obra (realizada en formato de unipersonal a cargo del actor Francisco Melo) puso especial énfasis en la percepción entregada a través de los ojos de su protagonista , quien ante un mundo absurdo y sinsentido , se convierte en escarabajo no sólo para huir de su familia y de su padre , sino para encontrar un escape allí donde nadie antes pudo encontrarlo , huyendo a su vez , del gerente , del trabajo y de los burócratas , cometiendo algo así como un auto atentado , un acto terrorista surgido de la mala conciencia , en el que la negación es tan alienada como el objeto negado. Una propuesta que sobresale por el fuerte trabajo corporal del intérprete.

« ...La Puerta presenta la historia como un thriller de horror, una pesadilla delirante y claustrofóbica, incierta y agobiadora. (...) el montaje impresiona por su riguroso profesionalismo; cumple su propósito de verter a Kafka sobre el escenario con sobrados méritos».

Pedro Labra, La Segunda, 1997