Obras

Zaratustra

1995


Dirección: Luis Ureta

Dramaturgia: Basada en el texto del filósofo alemán Fiedrich Nietzsche

Elenco: Luis Dubo, Roxana Naranjo, Rodrigo González, Paula Silva, Trinidad González

Diseño Integral: Gastón Vega

Vestuario: Mónica Navarro. Maquillaje y máscaras: Federico Gallardo.

Música: Pablo Toledo

La obra Así habló Zaratustra: está compuesta por una serie de relatos y discursos que ponen en el centro de atención algunos hechos y reflexiones de un profeta llamado Zaratustra, personaje inspirado en Zoroastro. Compuesta principalmente por episodios más o menos independientes, sus historias pueden leerse en cualquier orden a excepción de la cuarta parte de la obra, pues son un cúmulo de ideas y relatos menores independientes que conforman un solo relato general.

Aunque el argumento principal es el del Übermensch, Nietzsche considera la muerte de Dios un requisito previo a su concepción. En el capítulo De la virtud que hace regalos escribe:  «Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre».

 

 

 

Zaratustra, adaptación de la obra Así habló Zaratustra de Fiedrich Nietzsche, se estrena en abril de 1995 en Goethe Institut.
Temporada en junio de 1995 en el Centro Cultural Estación Mapocho.
Funciones en Asunción, Paraguay, en agosto de 1995. Alianza Instituto paraguayo-alemán y Goethe Institut.
Segunda temporada en Goethe Institut en 1995.

¿Por qué poner en escena el Zaratustra de Nietzsche? Son muchas las vetas del pensamiento nietzscheano que resuenan todavía en nosotros: el concepto de la muerte de Dios, la problemática del hombre enfrentado a la tiranía de la mediocridad, el tremendo desafío que implica afirmar nuestra identidad individual frente a los demás sin dejarse intimidar por el fantasma de la culpa.

¿Quién podría permanecer inalterable frente a tamaña provocación? Nosotros no. Montar Zaratustra se nos presentó como una necesidad urgente. La lectura y relectura de la obra nos permitió asistir a repetidos pasajes de un desenfreno poético, que todavía hoy no nos deja de perturbar. Sin duda el desafío era enorme.

¿Cómo abordar a un pensador que tanto en su vida como en su obra se nos presentaba tan controvertido como contradictorio? ¿Cómo seleccionar dentro de la vastedad de una obra monumental como la suya? ¿Cómo aunar, por último, conceptos aparentemente disímiles tales como « lo teatral », con « lo filosófico »? ¿Era posible?. Nuestra versión de Así hablaba Zaratustra quiso, en parte, hacerse cargo de algunas de estas consideraciones.

Zaratustra es Nietzsche y Nietzsche es Zaratustra. Al menos contábamos con una noción teatral. Contábamos con un personaje. Ahora quedaba escucharlo. Dejar que resonara en nosotros. Era necesario entonces saber escucharle. Vaciarnos para permitirnos ser habitados no solo por su inteligencia, sino también por su espíritu danzarín. Esta fue la premisa que rigió desde un comienzo el desarrollo de nuestra creación.

Más de 100 funciones realizadas, giras fuera del país y una serie de experiencias humanas que no sería oportuno describir, dan cuenta de una obra cuyos logros pueden medirse en directa relación con los riesgos que implicaba embarcarse en tamaña aventura. A mayor altura se salta, mayor es la posibilidad de un rebote significativo. Tal fue nuestra experiencia con Zaratustra.

«(...) En lo que concierne a la temática, la labor dramatúrgica de Luis Ureta es digna de destacar, ya que mantiene la esencia del texto de Nietzsche y le da un nuevo vigor poético, merced a una puesta en escena creativa, pulcra, de gran plasticidad».

ESCENA 5, 1995

«Magnífica es la palabra que corresponde a la puesta y ‘apuesta’ asumida por la compañía chilena de teatro La Puerta, que nos regaló anoche un ‘Zarathustra’ bailarín, siempre en riesgo, al borde del abismo, como le gustaría a Friedrich Wilhelm Nietzsche».

«(...) una buena ocasión para acceder a una obra siempre sugerente, siempre intempestiva, refractaria».

Víctor Del Valle, La Nación, 1995

«(…) desde una perspectiva generacional, en estos cinco años de existencia, se han ido consolidando como uno de los colectivos que, de la actual década, ha traído una voz renovadora a la escena nacional».

«Zaratustra representa un desafío escénico de la Compañía La Puerta… Por la belleza de la pieza y la consecuencia con sus principios estéticos, vuelven a dar un paso adelante por conquistar un sitial en el teatro chileno de esta década».

Eduardo Guerrero, La Segunda, abril 1995